miércoles, 1 de junio de 2011

La dinámica de la ARMONÍA


Imagen extraída de cordobacapital.olx.com.ar

















Una amiga me envió este interesante artículo sobre la vibración y la ARMONÍA y debido a su vínculo con el CUERPO físico he decidido compartirlo.
Deseo que os guste.

Un abrazo,
Irene

Este es otro artículo de la serie “Artículos a la carta”, pedido por Roxy Valeriano, intrigada por la energía que une a las personas y los significados de aquellas que se aparecen en nuestra vi.
A Roxy le interesa saber cómo y por qué conectamos con determinadas personas y con otras no.

No hay estudios que puedan avalarse de “científicos”, pero sí existen teorías, y tienen que ver con la resonancia armónica.

Así que Roxy, aquí viene el camarero con su mejor buena voluntad, a traerte lo que Bianca a preparado en la cocina. Especialmente para tí.

En principio, todo en el Universo, vibra. No hay nada que esté quieto, todo vibra y esas vibraciones son ondas cíclicas con determinadas frecuencias.

Frecuencia=magnitud que mide el número de repeticiones por unidad de tiempo de cualquier fenómeno o suceso periódico.

La frecuencia vibratoria de una onda sonora por ejemplo, se mide en Herzios.

1 Herzio es la repetición de una onda en el lapso de un segundo. Por ejemplo la nota musical “LA” que se usa para afinar los instrumentos, está fijada en 440 Hercios, o sea 440 ciclos por segundo.

La vibración es una forma de comunicación celular y bacteriana. Las colonias celulares y bacterianas de nuestro cuerpo tienen receptores para saber a qué frecuencias están vibrando otros seres unicelulares.

Parece existir una ley armónica entre ellas. A este rerspecto, son interesantísimas las investigaciones de James Gimzewski, que “escuchando” las células, pudo detectar que éstas vibran a diferente frecuencia cuando se encuentran enfermas que cuando están sanas.

También varían su frecuencia si se las somete a distintas temperaturas.

Ejemplar de E. Coli. Peludita y simpática.

En el caso de las bacterias, también resulta curioso y sorprendente que la Escherichia Coli (una bacteria que vive en nuestro intestino) se dedica a percibir las vibraciones de otras colonias bacterianas en nuestro cuerpo, y cuando éstas se están multiplicando más de lo debido para mantener el equilibrio, la Coli produce una enzima que obliga a las bacterias “desafinadas” a suicidarse .

Cuando a las células se las somete a vibraciones armónicas (un armónico es un múltiplo entero de una nota principal), éstas cambian de forma y hasta corrigen sus problemas si los hay, por eso es tan importante escuchar buena música…(las notas de la escala griega por ejemplo, sólo producen armonías perfectas en el tono de la nota en que se ha afinado) y los inharmónicos (sonidos que no son múltiplos enteros) enferman a las células, cambian su comportamiento. La vibración se transmite y se contagia y ese es uno de los principios de la metástasis del cáncer por ejemplo.

Incluso algunos bacteriófagos como el T4, para “colarse” y pasar desapercibido al sistema inmunitario, imita las frecuencias de las bacterias Gram Positivas, para camuflarse e introducir su código para infectar a las otras bacterias como a la E. Coli.

Servido el primer plato, y en el caso particular que planteas Roxy, la vida misma en todas sus manifestaciones, tiende a la vibración de armónicos, y la entropía a la vibración inharmónica.

Esto abarca a todo lo que existe, ya que es una ley fundamental de la dinámica cuántica.

Con las personas, podría ocurrir lo mismo que sucede con los átomos y su forma de interactuar entre sí: ¿Cómo sabe una molécula de Oxígeno que debe unirse a dos de Hidrógeno para formar agua?

Existe un inteligencia subyacente que empuja a la vida a manifestarse y en las relaciones humanas también existe una ley de resonancia de las frecuencias entre ellas.

Todo tu cuerpo es un conglomerado de seres vivos: bacterias, virus, parásitos y células forman nuestro cuerpo. Este vibra de acuerdo a su estado general en un patrón vibratorio que va cambiandocon el estado de salud, y conforme a los pensamientos y emociones y transmite su estado frecuencial al medioambiente.

Un sistema excitado a una frecuencia próxima a la frecuencia de resonancia “resuena” o “entra en resonancia”.
Vibrando en armonía

Una persona que está en un estado de tranquilidad y salud equilibrada, irradia ondas armónicas al medioambiente. Crea un campo vibratorio a su alrededor.

Los armónicos encuentran resonancia en otros cuerpos y por lo tanto las ondas que generan se amplifican. Los armónicos son potentes: su presencia en los circuitos eléctricos hace aumentar el calor, y aumentan la intensidad de la corriente.

Las ondas que genera tu cuerpo, Roxy, además de hacer vibrar a todo lo que hay alrededor, lo hace oscilar, y también provoca la reflexión, es decir que parte de lo que emites, lo vuelves a recibir. Esta oposición a tus ondas que hacen los demás cuerpos genera otras ondas que pasan a formar parte de las tuyas. Así que nunca puedes decir que “pasas de”, porque todo lo que hagas, vuelve a influir en tí.

También se da el fenómeno de la absorción: cuanto más altas sean las frecuencias que emites, más absorción por parte del medioambiente tendrán las ondas con las que contribuyes. Esto es importante, porque los pensamientos negativos hacen que tu cuerpo vibre a bajas frecuencias, y éstas no serán tan reabsorvidas por el medioambiente por lo que tendrán mayor incidencia en todos los cuerpos a los que lleguen.

Tu cuerpo, tenderá a acercarse a personas que estén en resonancia con las ondas que tú generas, porque tus células buscarán la armonía para mantenerse sanas. Si estás en presencia de una persona que “no resuena” con tus células, tu cuerpo lo detectará y el cerebro te enviará una sernsación de malestar que te ayude a tomar la decisión de alejarte.

Por ello si estás mal, enferma o deprimida, tenderás a acercarte a personas de igual condición, por un principio de resonancia.

Como ya sabemos, el efecto de resonancia aumenta la intensidad de las ondas, así que la energía que se produce alrededor de dos personas en mal estado es realmente potente, lo mismo que en dos que están en buen estado de salud. Los efectos se intensifican.

La resonancia, es un fenómeno que se produce cuando un cuerpo capaz de vibrar es sometido a la acción de una fuerza periódica (como los armónicos), cuyo periodo de vibración coincide con el periodo de vibración característico de dicho cuerpo. Una fuerza relativamente pequeña aplicada en forma repetida, hace una amplitud de un sistema oscilante se haga muy grande.

Este principio lo hacen también los cuerpos celestes. En astrofísica, la resonancia orbital se produce cuando los periodos de traslación o de rotación de dos o más cuerpos guardan entre ellos una relación expresada fracciones de números enteros. La llamada “canción de los planetas”, de Pitágoras.

En otras áreas:

La Resonancia química, es un sistema de enlace entre los átomos de una molécula que, debido a la compleja distribución de sus electrones, obtiene una mayor estabilidad que con un enlace simple. Esta distribución de electrones no fluctúa, en contra de lo que su nombre hace pensar. Numerosos compuestos orgánicos presentan resonancia, como en el caso de los compuestos aromáticos.

En la física cuántica, las resonancias son hadrones de corta vida que se desintegran por medio de la fuerza fuerte en otras partículas más ligeras. Generalmente no se las considera partículas independientes, sino estados energéticos excitados de otras partículas.

Tu cuerpo siempre tenderá a relacionarse con aquellas personas que tengan resonancia armónica contigo, si estás en armonía.

Armónicos

Si tu cuerpo está generando ondas inharmónicas, obtendrás además la amplificación de dichas ondas, aumentando tu propia destrucción. Por eso es tan importante estrar atentos a las señales emocionales cuando nos relacionamos con otra persona.

Este aumento de la amplitud, a veces se hace tan intenso que puede destruir al cuerpo con el que se resuena. Por ejemplo una soprano puede hacer estallar una copa de cristal con este efecto, cantando en una frecuencia igual a la que está vibrando el cristal.

Por ello es sorprendente la increíble diversidad de frecuencias que existen entre los seres y las cosas, que impiden que estemos estallando todo el tiempo.

Para cerrar con el postre, mi linda Roxy, las personas con las que te relacionarás en tu vida, serán las que resuenen con tus estados anímicos de cada momento. Aquí tienes la respuesta a tu pregunta: no se trata como dices tú de elevar las frecuencias de nuestro cuerpo (porque podría resultar en un exceso), sino armonizarlas.

Por lo que si estás mal, tendrás que concientemente alterar la tendencia de tu Ser a relacionarte con personas que también estén en estados inharmónicos. Aplicando tu voluntad y tu libre albedrío, podrías ayudarte a tí misma a recuperar cierto equilibrio, intentando relacionarte con personas más sanas para que la vibración de éstas aumente tus propias frecuencias, ya que eres toda tú un gigante oscilador armónico.

Los pensamientos positivos predisponen a la persona al contacto con canales y corrientes de frecuencias donde se manifiestan las mejores situaciones, como el amor (alta frecuencia).

Pero también puedes armonizar tu Ser con corrientes de baja frecuencia, incluso en situaciones donde haya vibraciones muy altas, porque la entropía se cuela en una medida bastante proporcional a la neguentropía. Así en lugares donde haya personas de mucha “luz”, también habrá personas de “bajo astral” absorviendo esa energía…

En fin, para el café después del postre, una reflexión: la mejor fuente de altas vibraciones que puedes encontrar para tí están en los entornos naturales y en los seres que te aman. No hay truco: nuestros cuerpos fueron diseñados para vivir de la Tierra y de su generoso aporte vital, cuando nos alejamos de la natura, perdemos energía. Y como seres sociales, los humanos necesitamos del amor para estar sanos.

Sol, agua, verde, aire puro y mucho, pero mucho amor.

Espero que tu visita a mi restaurante de Artículos a la Carta haya sido de tu agrado y desde aquí, desde la isla Mágica de Lanzarote, te envío un abrazo grande con olas marinas y ondas sonoras de altas frecuencias emitidas por las ballenas y delfines que habitan estos mares.

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